Camila Coronel, profesora de Historia, politóloga y docente de la Facultad de Humanidades (FH) de la Universidad Nacional de Formosa (UNaF), reflexionó sobre el rol de la casa de estudios en el marco de la pandemia del COVID-19.

“Hay una diferencia enorme entre lo que fue el primer cuatrimestre y el segundo –planteó-. Habíamos iniciado el ciclo lectivo teniendo como eje la normalidad del dictado de clases presenciales y a las pocas semanas se decretó el aislamiento obligatorio por la pandemia, lo que nos obligó a migrar hacia un sistema digitalizado”, remarcando que “ello implicó varios desafíos porque no teníamos una planificación adecuada y nos encontramos con limitaciones tecnológicas”. 

Indicó que “la migración hacia un sistema digitalizado tiene como eje fundamental la  posesión no sólo de parte del alumno, sino también del docente de una adecuada  tecnología para llevar adelante el dictado de clases y la asistencia a las mismas, es decir  lo que atañe a la gestión del proceso pedagógico”.

“Esta carencia tecnológica de docentes y alumnos desnudó la necesidad de un Estado presente que garantice el derecho a la educación, proporcionando la tecnología adecuada para los estudiantes”, señaló, destacando en ese sentido “las líneas de créditos nacionales para los docentes y la entrega de tablets y pendrives a alumnos de la UNaF a través de la gestión del rector Prof. Esp. Augusto Parmetler”.

A su vez, según remarcó, “esta situación fue bastante aminorada ya iniciado el segundo cuatrimestre, donde nos encontramos con una planificación pedagógica más acorde a la nueva realidad que estamos atravesando”.

“La Universidad, como toda institución que forma parte del sistema educativo nacional, es un espacio de formación que permite a largo plazo la movilidad social, con lo cual es un ámbito de democratización absoluta de las clases trabajadoras, las que de otra manera son expulsadas del mercado laboral”, concluyó.