El secretario general de Asuntos Estudiantiles y Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Formosa (UNaF), Rodrigo Galarza, se refirió al desfinanciamiento que se viene concretando desde la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) de Nación y cómo repercute esto en el sector estudiantil, a lo que se suman los importantes recortes que prevé el Presupuesto 2023 para la casa de estudios.

Afirmó que “el comedor universitario es una obra que ya está finalizada, como su equipamiento, y que ha sido financiada 100 por ciento con presupuesto propio. Nace producto de reiterados pedidos de la comunidad estudiantil. La gestión del rector Prof. Esp. Augusto Parmetler y el Psgo. Rafael Olmedo, que estaba a cargo de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y Extensión Universitaria en ese entonces, autorizó la construcción del comedor para brindar una alimentación saludable, nutritiva y económica a más de 600 personas”.

“La intención era dar inicio a las actividades del comedor en este presente año, pero el envío insuficientes de fondos por parte de la SPU ha impedido este funcionamiento y repercute seriamente en las políticas de bienestar estudiantil. En este momento la SPU está adeudando más de 100 millones de pesos en gastos de funcionamiento”, denunció.

“Si nosotros no contamos con estos fondos, porque el envío es fluctuante, no se sabe cuál va a ser el panorama, como está sucediendo y se ve reflejado en cada una de las resoluciones de distribución de gastos”, dijo.

Agregó: “En forma constante la UNaF está nadando en la incertidumbre de saber con cuántos fondos va a contar. Hay que recordar que desde el mes de mayo la Universidad está sufriendo envíos insuficientes de fondos, por un lado sueldos, con todo lo que esto acarrea tanto en el sector docente como no docente, y por otro lado en gastos de funcionamiento (lo que se conoce como inciso 2)”.

“Durante los primeros 3 meses la Universidad recibió 22 millones de pesos, al mes siguiente 11 millones y desde ahí fue variando en forma sustancial. De 11 bajamos a 5 y de 5 bajamos a 2 millones. Y con 2 nos mantuvimos varios meses y el envío no es constante. No sabemos cuál va a ser la realidad del mes siguiente”, advirtió.

Añadió que “a esto hay que sumarle el proceso inflacionario para la compra de la materia prima para el proceso de cocina en el comedor. Tampoco hay una previsibilidad en cuanto a precios, lo que repercute directamente. No hace falta ser economista o especialista en el tema para darse cuenta de que los precios se van modificando mes a mes”.

“Es necesario que las autoridades de la SPU vean que están perjudicando directamente a la comunidad universitaria formoseña enviando los fondos en forma arbitraria. Y afecta al comedor universitario, al programa interno de becas y a diferentes factores con los que se financian los gastos de funcionamiento”, concluyó.