El doctor Vicente Emilio Grippaldi habló sobre qué lo motivó a presentarse como candidato a convencional constituyente en las próximas elecciones provinciales del 29 de junio.

Dijo que “en primer lugar, fui invitado para hacerlo, me llamaron desde la Casa Rosada y me invitaron a que fuera el primer candidato a convencional constituyente, porque valoraban todo mi quehacer y mi lucha por la República, que fue tan postergada por cuarenta años en la provincia de Formosa. Y, fundamentalmente, porque he advertido justamente, en noviembre del año pasado, de que el veterinario (el actual Gobernador) sabía el fallo de la Corte Suprema de Justicia que se le venía, como se lo dijo en diciembre, que inclusive su actual mandato es inconstitucional, no solo la Constitución de Formosa”.

Entonces, “por eso él convoca en noviembre a que se declare la necesidad de la Reforma de la Constitución y hacer supuestamente un artículo 135 republicano, similar a lo que dice la Constitución Nacional con dos mandatos de cuatro años y después descansar. De esa forma, él, valiéndose del precedente Angeloz, quiere insuflar el ardid fraudulento y burlar el fallo de la Corte, para que con ese precedente recién se le comience a computar el mandato de cuatro años más otros cuatro años a partir del año 2027”.

Afirmó que “Nosotros queremos abrir los ojos de la ciudadanía. Queremos abrir los ojos de la madre que tiene un joven, que tiene vocación política y que no puede desarrollarse, porque la actual dirigencia encriptada en el poder no le permitió a ella y no le permitirá a su hijo, por una perpetuidad personal de los que están o de los que vengan, nuevas voluntades políticas en el poder”.

“El mensaje a la sociedad es la opción del absolutismo que se vive de perpetuidad personal o la República que queremos, donde se garantice el principio de igualdad en el acceso a la función pública, lo cual actualmente no se da. Porque quien tiene la lapicera, el veterinario, con cuarenta años de perpetuidad personal y acumulación de poder, puede hacer cosas que el ciudadano común, por más buen profesional, por más buen ciudadano, por buenísima persona que fuera, no puede competir con aquel que es conocido hasta por los pingüinos de la Antártida”.